Obtienen la primera bobina de papel a partir de la valoración sostenible de residuos de poda de vid
El proyecto VINEBOX™, impulsado por Bodega Matarromera, Pago de Carraovejas y Ence, con la colaboración de Papelera de Brandia. Tiene como objetivo valorizar de manera sostenible los residuos de poda de vid. Se ha alcanzado un nuevo hito: el consorcio ha logrado desarrollar con éxito una bobina de un papel con unas características muy especiales.
Se trata de una bobina de papel innovadora, fabricada con celulosa calidad Naturcell® especial, ya que contiene fibra obtenida de sarmiento de poda de vid. Esta bobina se ha fabricado en P. Brandia atendiendo a los más exigentes criterios de calidad para fabricar etiquetas y cajas para botellas. Este hito supone un avance en materia de eficiencia y sostenibilidad, y subraya el potencial de la biomasa como una fuente renovable y responsable para la elaboración de bioproductos.
Este logro representa un paso fundamental hacia el objetivo final del proyecto VINEBOX™: la producción de cajas y etiquetas sostenibles y 100% renovables para las bodegas participantes. La utilización de celulosa elaborada a partir de residuos de poda de vid con la pasta Naturcell® de Ence refleja el compromiso del consorcio con la sostenibilidad, la economía circular y la excelencia en calidad.
“La sostenibilidad en Alma es cultura de trabajo, un valor que impregna todas las decisiones y procesos convirtiéndose en parte de nuestra filosofía. Hemos adquirido el compromiso de proteger y custodiar nuestro entorno, implementando medidas que se vean reflejadas en el futuro. Buscamos llegar al desarrollo sostenible en toda la cadena de valor y centramos los esfuerzos en promover una economía circular que genere alternativas a los residuos que se originan durante todo el proceso”. Así lo expresa Pedro Ruiz, CEO de Alma Carraovejas.
Eva Navascués, directora de I+D+i de Pago de Carraovejas, sostiene que “ha sido un logro poder crear la primera bobina de papel procedente de los sarmientos de nuestra finca. El proceso ha resultado complejo en la parte técnica pero finalmente hemos conseguido el papel con el que poder crear cajas y etiquetas. Ahora, tenemos que demostrar que la recogida de sarmientos y tramitado. Debemos probar que su valorización sea sostenible económicamente para que se convierta en una solución que evite la quema de estos residuos que genera el sector vitivinícola y que redunda en la protección ambiental”.